Desprecintadas tres viviendas en el Charco de la Gallina

Frente a las agoreras voces que pronosticaban que el 11 del 11 de 2011 se acabaría el mundo, José Declara y Rocío Rodríguez pueden decir que esta fecha capicúa que solo se da cada cien años es el principio de una nueva etapa. Después de cuatro meses en una tienda de campaña, ayer, la Guardia Civil les desprecintó su casa en el Charco de la Gallina, de Bailén.

Además de la vivienda de José Declara y Rocío Rodríguez, los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil desprecintaron otras dos más en el Charco de la Gallina. Antes de que se produjera, Declara indicó a los medios: “Estamos medio satisfechos, ya que me queda la espina de todo esto que estamos pasando hasta que finalice todo”. No obstante, mostró su alegría por poder vivir de nuevo con su hija de doce años, que ha estado con familiares y amigos mientras tanto.
Declara denunció: “Hemos sufrido una condena sin haber sido juzgados”. En este sentido, calificó la medida cautelar de “desproporcionada, más aún cuando hasta que se celebre el juicio pueden pasar dos años”.
La pareja entró a la vivienda entre el ruido de los aplausos de los vecinos y, en ese momento, Declara lanzó: “Esperamos volver a la normalidad porque mi niña estaba viviendo unos días con familiares, unos amigos y nosotros durmiendo en la tienda”. En la misma línea se manifestó Rocío Rodríguez: “Estoy con una alegría inmensa, aparte porque, hasta el último momento, no se sabía si nos iban a abrir o no”. También dijo sentir “mucha felicidad por volver a entrar” en su casa. “Esta noche dormiré con mi hija e, incluso, podré hacer cosas tan cotidianas como estar sentada con ella esta tarde en el sofá”. Agradeció igualmente a todos los vecinos que les han apoyado en todo este tiempo y manifestó: “Es triste ver cómo el Ayuntamiento, a pesar de que hay soluciones, ha intentado poner trabas e impedimentos para que esto tenga una solución justa y razonable para todos”. En este sentido, recordó la existencia de denuncias contra los técnicos municipales por presunta prevaricación. Francisco Javier Cabrera / DIARIO JAÉN/Bailén