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viernes, 21 de abril de 2023

EN PLENA VORÁGINE ELECTORAL




Por Nicolás M. Ozáez


A pesar de los pesares -que me suena a machadiano por aquello del cantar

de los cantares-, ya hemos entrado en la vorágine de las elecciones

municipales. Bueno, corrijo: “hemos entrado en la vorágine de las

preelecciones municipales”. Los candidatos nos afanamos en completar la

lista de las distintas candidaturas, tarea arduo complicada, pues la

inmensa mayoría de los ciudadanos da un paso atrás o hacia un lado,

cuando se les propone participar activamente de la vida política. Eso no

nos exime, a todos, de quejarnos, de criticar, de diagnosticar, de prever,

de fusilar, de discutir, de plantear cuestiones de la vida ciudadana,

programas electorales, propuestas de mejora, que son brindis al sol, pues

está escrito con letras de fuego en nuestra memoria que la única forma de

cambiar el estado ruinoso de las cosas es la participación ciudadana a

través de los partidos políticos. Así lo aprendimos en JAÉN MERECE MÁS,

plataforma ciudadana reivindicativa que hubo de transformarse, por mor

de las circunstancias de abandono de nuestra provincia, en partido

político.

Pero no se confundan ustedes, no en partido político al uso y a la

denostada costumbre. En un partido confluencia de gente de todas las

ideas y todos los espectros sociales y políticos que se afanan en un

ambicioso proyecto idealista como es redescubrir JAÉN, recuperar JAÉN,

levantar JAÉN, creer en JAÉN, como nosotros creemos.

Volviendo al relato, tras la ardua tarea de encontrar gente comprometida

con su tierra, se pone en marcha la maquinaria publicitaria y de opinión, a

pesar de los pesares de que no ha comenzado oficialmente la campaña

electoral, cantar de los cantares. Pancartas y carteles en los que no se pide

el voto -por Dios- pero en el que se insinúa sobremanera. Cuñas

publicitarias en las que se muestra el rostro amable de candidatos que, en

ocasiones, de amables tienen muy poco. Excelsos programas electorales

grandilocuentes, en el caso de los partidos que repiten legislaturas, una

sarta de incumplimientos sistemáticos. En el caso de aquellos que

llegamos nuevos, un programa de ilusiones que cambiarían el curso de


nuestra intrahistoria colectiva. Pongo un ejemplo: en mi pueblo, Bailén,

todos incluimos la construcción de una residencia para mayores, inclusive

aquellos que han gobernado en los últimos 20 años y no han sido capaces

de ejecutar dicho proyecto, que incluían siempre en sus programas

electorales. Me parece de risa, ¿a ti no?

Entrevistas. Debates. Artículos de opinión. Enfrentamientos dialécticos de

más o menos altura intelectual -corramos un tupido velo en este asunto,

pues más bien sería de baja estatura intelectual-. Peleas de gallos entre los

principales partidos nacionales, PSOE y PP, al ver peligrar sus aposentos.

Llegarán los exabruptos, las denuncias a las Juntas Electorales, pueriles y

torticeras, el “y tú más”.

Mas tarde pegada de carteles, mítines edulcorados con música festiva, y

más y más promesas que los ciudadanos, hartos de tanta palabrería,

obviarán, acercándose a la barra del bar para conseguir otra cerveza gratis

a cuenta de los futuros resultados electorales.

La última semana será de locura. Aunque la verdadera locura será el día

después del 28 de mayo. El recuento de votos. Las combinaciones, los

pactos natura o antinatura. Las ofertas… las demandas. Las prebendas y

reprimendas. Las sorpresivas y sorprendentes sorpresas. Beso a beso.

Algunos, como JAÉN MERECE MÁS, nos presentamos libres de ataduras,

sin mochilas. No dependemos de Sevilla, tampoco de Madrid.

Pretendemos que en Jaén y en sus pueblos haya empleo, haya inversión

por parte de los poderes del estado, que de vez en cuando nos miren. Que

proyecten una vía férrea de alta velocidad que transcurra por nuestra

tierra, para traer riqueza y progreso. Que no nos olviden, en favor del

resto de provincias andaluzas. Que no nos conviertan en otro “Teruel,

Soria o Palencia”. Sobre la balanza, depositamos nuestros recursos

naturales, nuestras sierras, nuestros bosques, nuestros ríos, nuestros

blancos pueblos, nuestro extraordinario patrimonio arqueológico y

cultural. Aportamos nuestra historia, la sangre derramada por nuestros

antepasados en numerosas batallas, que no se les olvide. Cedemos la

cultura de nuestros jóvenes, con amplia y demostrada formación,

obligados a emigrar a otros parajes.

No se conseguirán los objetivos en una legislatura. Lo sabemos. No somos

ingenuos. Pero este es el momento en el que tenemos que invertir la


historia, en el que tenemos que plantarle cara a la desidia y decir que

JAÉN MERECE MÁS que aquellas migajas que se nos ofrecen. Y poco a

poco cantar aquello de verso a verso.


Manuel N. Ozáez Gutierrez

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