Páginas

domingo, 15 de enero de 2017

Texto de nuestro PREMIO CAECILIA AL DEPORTE 2015, Diego Merlo, en su facebook

El día amanece un tanto extraño y con retazos de melancolía. He podido dormir bien, sin esos nervios que siempre me escoltan la noche anterior. Incluso me muestro menos irascible con mi mujer y con mi entorno. Nada altera las horas previas, la palabra iracundo no entra en mi estado de ánimo y no soy nada susceptible con el desayuno y la comida, los mocos que me salen de la nariz no me perturban.

Diego Merlo en la edición de la San Antón de 2016, en la que quedó segundo tras liderar prácticamente toda la carrera


La semana ya venía siendo tranquila, no ha habido masaje previo, ni unas series que me garantizaran el estado de forma óptimo para competir. No hay llamadas de la prensa escrita ni de la radio, no he concedido entrevistas y apenas he salido en los periódicos ni en las crónicas, todo es tan extraño y desconocido.

La liturgia que me suele acompañar el día de la batalla también se ha difuminado. No he preparado la ropa con mimo, no he puesto el dorsal, no he revisado las zapatillas ligeras que hoy deberían hacerme volar, y el móvil está sumamente tranquilo. Incluso la música es diferente, me conformo con algo más tranquilo, la música suena de manera aleatoria. Los habituales temas que me estimulaban las horas previas ni siquiera están dentro de la lista de reproducción.

Hoy no habrá prisas por llegar a Jaén e intentar aparcar entra la ingente cantidad de coches, ni habrá café previo, ni charla del entrenador analizando los puntos estratégicos y momentos claves donde poder intentar ganar.

Los ánimos de mis padres y de los míos no aparecen, y el sempiterno beso de mi mujer se diluye con el frió. Mi pequeño duerme plácidamente ajeno a este hervidero de sentimientos que me asedian.

Hoy es un día triste y atribulado. No estaré en la San Antón, pero prometo volver y cumplir la promesa que un día me hice a mí y a mi bebe, cuando en 2014 aun navegaba en el vientre de su mama, corriendo por las calles de Jaén.

Se que hay que relativizar, pero he optado por quedarme en casa y empujaros desde el sofá. Una edición mas de la San Anton y no tomare partido de salida.

Como terapia personal me veo obligado a volcar todo lo que se me pasa hoy por la cabeza, oye, quien sabe, lo mismo compartimos pensamientos o ideas con otra persona que esta en nuestra misma situación.

Disfrutad!!

La madre de Diego Merlo, otra gran competidora

No hay comentarios:

Publicar un comentario