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jueves, 16 de julio de 2015

Suena MALEFINO

MALEFINO
El primer Lp de Malefino (Emilio Acevedo) destaca principalmente por ser un trabajo muy maduro para tratarse del debut de un artista. Uno no se espera ni el excelente sonido, ni  una producción tan elegante y profesional en un disco que por sus características sobrepasa con fuerza lo que podría ser un modesto disco de presentación. Como digo, las expectativas sobrepasan las fronteras de lo asombroso y el disco suena como producido por una empresa discográfica  internacional. No sólo quiero destacar el paisaje sonoro del disco, sino también el cuidado diseño de las portadas y al libreto interior en el que destaca una intensa luz azul de inspirado modernismo pictórico. Digamos que todo encaja, música y color, en un trabajo realizado por perfeccionistas que no dejan nada al azar.  

Cuando escuchas el álbum por vez primera  la música de Malefino sorprende en tus oídos como una bolsa de Peta Zetas: alegría, buena onda y estribillos pegadizos que rebosan y transmiten felicidad.
Cuando ya conoces la obra y la vuelves a escuchar varias veces más, te convertirás a ti mismo en otro miembro del coro tarareando canciones que recordarás con pasmosa facilidad. Si me permiten que de la crítica musical pase al mundo de la predicción o adivinación, permítanme asegurarles que esos sonidos formaran parte de ustedes en un corto espacio de tiempo.
Emilio Acevedo tiene un enorme talento no sólo para la música y la melodía sino también para las letras de sus canciones. Poesía y emoción conjugadas a ritmo tranquilo y desenfadado. Son diez relatos hechos canciones; reflejos del pasado y  de episodios personales que se nos van desgranando pétalo a pétalo… canción tras canción con el único inconveniente de que el disco sólo tiene diez canciones y te deja con ganas de más…

Después de escuchar el disco de Malefino uno se hace automáticamente fan incondicional, pues el talento sólo tiene el camino del éxito y Emilio Acevedo no se ha quedado cruzado de brazos esperando su suerte sino que ha trabajado para ir directamente a alcanzarlo. La segunda sensación que produce este disco es el reencuentro con melodías que parece que  conoces o habías saboreado antes. Es como si de alguna manera esas canciones  estaban ahí dormidas en el subconsciente. Este síntoma no es el de ninguna enfermedad freudiana sino los efectos secundarios de escuchar un trabajo bien hecho. Un regalo bien empaquetado para los oídos. Un disco redondo, fresco y con sentido, con las canciones adecuadas puestas en el orden preciso, con una estética y con una capacidad creadora y de utilización de recursos musicales que sorprende gratamente.


Música con olor a café recién hecho, canciones como lluvia sobre tierra mojada, sensación de llevar todo un amanecer sin escuchar música con mayúscula y llegara por sorpresa, como un camaleón que permanece oculto bajo el camuflaje de su piel y de pronto torna en otro para pasearse por Sevilla. Esta asombrosa capacidad de emocionar con sus melodías es un examen en el que Malefino ha aprobado con sobresaliente en su primera reválida.

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