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domingo, 9 de mayo de 2010

Dos imágenes preciosas de una de las joyas de Bailén


Dos veces he tenido que tomar el móvil y dos veces he tenido que tomar fotografías en las últimas semanas cuando paseaba cerca de la Iglesia de la Encarnación. Una cuando el sol de la primavera me ofrecía una iluminada perspectiva del Balcón del Obispo. Un balcón emparedado, recluido a no lucir su belleza.
La otra imagen era de un atardecer sobre el campanario. La fuerza del sol y el brillo arenisco de l piedra le daban un dorado color a la torre minarete. Entendí perfectamente a los que decían que la calle del Oro se llamaba así porque la piedra arenisca de las murallas del antiguo castillo era tan luminosa que parecían murallas de oro.
¡Cómo nos engañaron cuando nos prometieron que el año pasado iban a comenzar las obras de Restauración de la Fachada! Ni el año pasado ni este, ni el otro. Siempre he pensado que cualquier obra en Bailén, dura como mínimo el tríple que cualquier otra obra que se haga en otro sitio.
Un consejo, o súplica, o llámenlo como quieran. En el próximo PGOU, o en la proxima revisión de normas y leyes urbanísticas por favor que empiecen a plantearse el retranqueo de la fachada de las casas de la calle Iglesia (de la acera de enfrente de la Fachada Principal) por lo menos dos o tres metros. De esa manera, nos podríamos poner enfrente de la portada de la Iglesia y admirarla y fotografiarla de frente, no desde arriba o desde abajo, perspectiva repetida hasta la saciedad por ser la única desde la quese le pueden tomar fotos. O se podían, antes de que la cubrieran con el burka de la verguenza,¡ un manto de coger aceituna!

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