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martes, 23 de abril de 2024

Todo el mundo gana, nadie pierde... JAVIER CASTILLEJO DE HARO

 Francisco Javier Castillejo de Haro. Graduado en Ciencias Políticas y de la Administración. Vocal de Politicand (Asociación de Politólogos de Andalucía) 


Como andaluz admiro el peso de los partidos nacionalistas vascos en el devenir de la política nacional y su influencia, en la toma de decisiones, en los diferentes gobiernos centrales de turno. Influencia que no se reduce al marco contextual de negociaciones actual. Me recordaba, hace tiempo, el presidente de mi asociación, Antonio Conde Argudo, una frase lapidaria de Xabier Arzálluz, en las que afirmaba: "He conseguido más en 14 días con Aznar que en 13 años con Felipe González". Al mismo tiempo, comparto el anhelo con algunos compañeras y compañeros de la Asociación de Politólogos de Andalucía, concretamente con Juan B Fariñas, de la existencia de un partido regionalista andaluz. En este actor, alejado todo lo posible de rifirrafes ideológicos y transversal, se reflejaría la idiosincrasia andaluza, reivindicaría y pondría en valor a nuestra comunidad en Madrid, con las consiguientes contrapartidas. Según la Ley Electoral, Andalucía proporciona 61 escaños a un conjunto de 350 diputados en el Congreso, por lo tanto, imagínense el peso en términos de poder. 

Pero entrar al fondo de esta hipótesis, que me sirve como introducción al análisis de los resultados de las últimas elecciones vascas, significaría otro artículo denso y pormenorizado. 

Me gustaría remarcar que el resultado de estas elecciones nos confirma el auge del bipartidismo, prologando la inercia de los últimos comicios. Euskadi, por su singularidad y por el clivaje entre partidos estatales y nacionalistas, no es el mejor ejemplo. Pero la irrelevancia de Vox y de las marcas electorales que representan a la izquierda alternativa confederal lo corroboran. 

Algo muy común de los partidos es que, tras los resultados electorales, se intenta a ojo de la opinión pública, de su electorado e, incluso, de sus adversarios erigirse como ganadores, aun no siendo vencedores. Los partidos con pedigrí aplican la autocrítica interna y “el corte de cabezas”. los últimos resultados electorales autonómicos vascos lo pone de manifiesto. Mi análisis, en términos decrecientes de éxito electoral, lo plasmo por partidos con representación en el Eusko Legebiltzarra: 

1. PNV. El verdadero vencedor de estas elecciones. Es obvio que su posición es la que desearían el resto de formaciones. Su mayor éxito radica en aguantar la erosión que supone gobernar, con una perdida mínima en escaños y votos. 

2. PSOE-PSE. El otro gran triunfador, con una doble victoria. La primera, mejorar sus resultados. La segunda, superar el plebiscito a Pedro Sánchez. Los intentos, de la derecha mediática, no causa el mismo efecto en los territorios periféricos que en el resto de España, donde existe otra sensibilidad hacia los pactos con los partidos independentistas.

 3.EH Bildu. Quizá, no condenar sin ambigüedad el terrorismo (la influencia de Sortu es determinante), les ha robado una oportunidad de haber mejorado sus extraordinarios resultados electorales. Han perdido una oportunidad histórica de integrarse plenamente en la senda de la normalidad institucional. Resulta paradójico, ante los mejores resultados históricos del nacionalismo-separatismo vasco, rozando el 70% de apoyo, que el apoyo a la independencia esté en mínimos históricos, alrededor del 20%. Una gran parte del voto peneuvista proviene de una parte de la población que comparte un sentimiento identitario dual español y vasco, en mayor o menor medida (alrededor del 40% de la población se siente tan española como vasca). De la misma forma, el voto federalista, que en las anteriores elecciones votaron a Unidas Podemos, ha sufrido un trasvase hacia Bildu y no hacia el PSOE, atraídos por su discurso en defensa de lo social y su mirada a largo plazo de la cuestión nacional. 

4. PP. El centro-derecha estatal mejora levemente, pero parece estancado. Desde la época de Jaime Mayor Oreja y su pacto de gobierno con el PSE, en contraprestación al Plan Ibarretxe, su ostracismo en la política vasca es una máxima. Pero el contexto ha cambiado, ahora los problemas son otros. Quizá esa sea la cuestión, que es visto desde el electorado vasco como un partido estatal en todos los sentidos. Deberían aplicar el discurso de Juanma Moreno y no el de Isabel Díaz Ayuso. Difícil tendrán llegar a Moncloa teniendo resultados irrelevantes en Euskadi y Catalunya. 

5. Vox. Supone un ejemplo de la desproporcionalidad en el reparto de escaños en Euskadi, ofreciendo el mismo número en los tres territorios históricos. Con un poco más de 21000 votos han entrado en el Parlamento. De todas formas, un resultado muy testimonial. 

6. Sumar y Unidas Podemos, los grandes perdedores de estos comicios. El afán de la izquierda a la izquierda de auto inmolarse no tiene límites. Parecía que lo de los egos no era solo de la vieja política. Si no me equivoco en los cálculos, la SUMA de los votos de ambas formaciones, si hubieran irrumpido UNIDAS, les proporcionarían tres escaños. No serían buenos resultados porque perderían la mitad de los de las últimas elecciones, pero no supondría el varapalo actual. Unidas Podemos ha desaparecido del panorama político vasco. Será interesante escuchar la valoración de politólogos como Pablo Iglesias.

 Próximo termómetro de la actualidad política nacional: Catalunya.

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