Obras faraónicas del parking de la plaza de la Constitución

Así se presentaba ayer, día 30 de noviembre, el parking de la Plaza de la Constitución. Totalmente anegado. Tres plantas completas, totalmente cubiertas de agua ante la desidia de las autoridades municipales que, al parecer, no previnieron que el abandono del uso de las instalaciones de lo que, en su día fue una obra faraónica, para mayor gloria del entonces alcalde, Bartolomé Serrano, era una pifia monumental que ha costado a las arcas municipales importantes sumas de dinero, amén de desangelar la hermosa plaza de la Constitución, que albergaba una fuente y un arbolado en su perímetro, dejándonos lo que hoy desgraciadamente contemplamos. Nos preguntaban algunos seguidores si no se podrían exigir responsabilidades a los gestores municipales por los desmanes cometidos y que traen dichas consecuencias. Eso queda en el ámbito político. Mientras el agua salía por las escaleras superiores del parking, el artífice de "la obra de ingeniería faraónica", más insigne de toda la democracia en nuestro pueblo, presentaba "su" libro en la Casa de la Cultura, apenas a 50 metros de su "pirámide" personal, a la vez que los bomberos de Bailén evacuaban el agua que había inundado las tres plantas del parking subterráneo. Pero en este país, por desgracia, rara vez se exigen responsabilidades económicas y penales a los autores de determinados atropellos contra el urbanismo, contra las arcas municipales, y contra el buen gusto.