Páginas

jueves, 6 de agosto de 2020

Artículo de José Miguel Palomares para el número 123 de BAILÉN INFORMATIVO



¿Y QUÉ PINTAMOS NOSOTROS EN TODO ESTO?


Cuando se llega al comienzo de un nuevo año, siempre caemos en la dinámica de repasar lo que ha sido el año anterior, con la esperanza de que el que comenzamos sea mejor, y no quiero que esta expectativa tenga ningún rasgo de egoísmo, porque no me refiero al hecho de que sea mejor para mí, o para los míos, quiero pensar de manera colectiva, porque si repasamos algunas de las cosas que han sucedido, y que hemos tenido que soportar, mejor olvidarlas, unos en un tema, y otros en otro, pero que a todos nos afectó en algo.

En el tema de la economía, jamás vi una crisis que durara tantos años, y ya tengo unos pocos vividos, y esto nos dice que algo está cambiando de rumbo en el tema monetario o económico, donde todos los expertos opinan y hablan de soluciones, de maneras de arreglarlo, de cómo hacer prosperar la economía nacional, mientras otros hablan de la globalización del problema, ¿y qué pintamos nosotros en todo esto?, ¿acaso nos han pedido opinión?, y si nos la piden ¿serviría para algo lo que opinemos?, si nosotros no pintamos nada en ese mundo oscuro.

En el tema de la política, ya vemos el panorama que tenemos, y menos mal que ahí si se cuenta con nosotros al menos para ir a votar, pero después nos invade la frustración de ver para lo poco que sirven nuestros votos en muchos casos, porque con nuestra opinión tampoco se cuenta, son los elegidos quienes tienen que ponerse de acuerdo para formar gobierno, y en este campo tampoco se buscan los intereses colectivos, ¿y qué pintamos nosotros en todo esto?, ¿acaso nos han pedido opinión?, y si nos la piden ¿serviría para algo lo que opinemos?, si nosotros no pintamos nada en ese mundo de intereses partidistas.

En el tema sanitario, poco pintamos, y mucho aportamos, al menos estamos aportando nuestra paciencia a las listas de espera, y también nuestras enfermedades, porque si no fuera por ellas, ¿para qué necesitábamos a los servicios sanitarios?, no harían falta médicos, ni instalaciones hospitalarias, ni políticos que las gestionaran; ¡ah!, habéis captado la ironía de mis palabras, pero que encierran una dolorosa realidad que sufrimos cada día los ciudadanos, que nos sentimos solo espectadores de quienes manejan este tema con fines e intereses de todo tipo, enmascarados con una benevolencia social fingida, que produce frustración en quienes les toca padecerlo de cerca, ¿y qué pintamos nosotros en todo esto?, ¿acaso nos han pedido opinión?, y si nos la piden ¿serviría para algo lo que opinemos?, si nosotros no pintamos nada en ese mundo de decisiones encaminadas al bien social.

Pero el mayor caos, a mi modo de ver, está en la enseñanza, porque yo recuerdo cuando los padres teníamos alguna potestad para elegir la educación que se les podía dar a nuestros hijos, en el plano social, moral y religioso, y podíamos opinar, pero tampoco en este importante tema pintamos nada, porque va cambiando con frecuencia, según la dirección de donde vengan los aires políticos de quienes nos gobiernen, y para que no podamos opinar, se inventan leyes y decretos, que dicen estar basados en pensamientos avanzados en el tiempo, que recubren con las palabras, libertad, progresismo, avances del siglo XXI, autonomía para el menor, derecho de los niños, -no de los padres-, y así sucesivamente, para tratar de educarlos con los principios morales, -que no religiosos-, de quienes dispongan de la facultad de modificar los programas educativos, y llevarlos al boletín oficial del estado, como ley de obligado cumplimiento para los padres, que de no aceptarlos, incurrirían en el delito de la desobediencia civil, ¿y qué pintamos nosotros en todo esto?, ¿acaso nos han pedido opinión?, y si nos la piden ¿serviría para algo lo que opinemos?, si nosotros no pintamos nada en este mundo descompuesto y carente de valores, que está destruyendo los principios fundamentales, de la familia, la moral, y los valores que hacen al ser humano ser diferente de los bestias salvajes, y por todo esto, a veces vemos conductas en los seres humanos que nunca las veríamos en los animales.

¿Pero qué pintamos nosotros en todo esto?, ¿acaso nuestra opinión personal le interesa a alguien?, porque si realmente le interesara a quienes tienen la potestad de cambiarlas, este año sería el comienzo de un progreso real, desde lo profundo de las bases que realmente edifican a la sociedad, y no en los cambios superficiales, que los mediocres presentan como descubrimientos avanzados, que ni ellos mismos lo creen.


                                                         José Miguel Palomares Fernández


No hay comentarios:

Publicar un comentario