¿Y QUÉ PINTAMOS NOSOTROS EN TODO ESTO?
Cuando
se llega al comienzo de un nuevo año, siempre caemos en la dinámica de repasar
lo que ha sido el año anterior, con la esperanza de que el que comenzamos sea
mejor, y no quiero que esta expectativa tenga ningún rasgo de egoísmo, porque
no me refiero al hecho de que sea mejor para mí, o para los míos, quiero pensar
de manera colectiva, porque si repasamos algunas de las cosas que han sucedido,
y que hemos tenido que soportar, mejor olvidarlas, unos en un tema, y otros en
otro, pero que a todos nos afectó en algo.
En
el tema de la economía, jamás vi una crisis que durara tantos años, y ya tengo
unos pocos vividos, y esto nos dice que algo está cambiando de rumbo en el tema
monetario o económico, donde todos los expertos opinan y hablan de soluciones,
de maneras de arreglarlo, de cómo hacer prosperar la economía nacional,
mientras otros hablan de la globalización del problema, ¿y
qué pintamos nosotros en todo esto?, ¿acaso nos han pedido opinión?, y si nos
la piden ¿serviría para algo lo que opinemos?, si nosotros no pintamos nada en
ese mundo oscuro.
En
el tema de la política, ya vemos el panorama que tenemos, y menos mal que ahí
si se cuenta con nosotros al menos para ir a votar, pero después nos invade la
frustración de ver para lo poco que sirven nuestros votos en muchos casos,
porque con nuestra opinión tampoco se cuenta, son los elegidos quienes tienen
que ponerse de acuerdo para formar gobierno, y en este campo tampoco se buscan
los intereses colectivos, ¿y qué pintamos nosotros en todo esto?, ¿acaso nos
han pedido opinión?, y si nos la piden ¿serviría para algo lo que opinemos?, si
nosotros no pintamos nada en ese mundo de intereses partidistas.
En
el tema sanitario, poco pintamos, y mucho aportamos, al menos estamos aportando
nuestra paciencia a las listas de espera, y también nuestras enfermedades,
porque si no fuera por ellas, ¿para qué necesitábamos a los servicios
sanitarios?, no harían falta médicos, ni instalaciones hospitalarias, ni
políticos que las gestionaran; ¡ah!, habéis captado la ironía de mis palabras,
pero que encierran una dolorosa realidad que sufrimos cada día los ciudadanos, que
nos sentimos solo espectadores de quienes manejan este tema con fines e
intereses de todo tipo, enmascarados con una benevolencia social fingida, que
produce frustración en quienes les toca padecerlo de cerca, ¿y qué pintamos
nosotros en todo esto?, ¿acaso nos han pedido opinión?, y si nos la piden
¿serviría para algo lo que opinemos?, si nosotros no pintamos nada en ese mundo
de decisiones encaminadas al bien social.
Pero
el mayor caos, a mi modo de ver, está en la enseñanza, porque yo recuerdo
cuando los padres teníamos alguna potestad para elegir la educación que se les
podía dar a nuestros hijos, en el plano social, moral y religioso, y podíamos
opinar, pero tampoco en este importante tema pintamos nada, porque va cambiando
con frecuencia, según la dirección de donde vengan los aires políticos de
quienes nos gobiernen, y para que no podamos opinar, se inventan leyes y
decretos, que dicen estar basados en pensamientos avanzados en el tiempo, que recubren
con las palabras, libertad, progresismo, avances del siglo XXI, autonomía para
el menor, derecho de los niños, -no de los padres-, y así sucesivamente, para
tratar de educarlos con los principios morales, -que no religiosos-, de quienes
dispongan de la facultad de modificar los programas educativos, y llevarlos al
boletín oficial del estado, como ley de obligado cumplimiento para los padres,
que de no aceptarlos, incurrirían en el delito de la desobediencia civil, ¿y
qué pintamos nosotros en todo esto?, ¿acaso nos han pedido opinión?, y si nos
la piden ¿serviría para algo lo que opinemos?, si nosotros no pintamos nada en
este mundo descompuesto y carente de valores, que está destruyendo los
principios fundamentales, de la familia, la moral, y los valores que hacen al
ser humano ser diferente de los bestias salvajes, y por todo esto, a veces
vemos conductas en los seres humanos que nunca las veríamos en los animales.
¿Pero
qué pintamos nosotros en todo esto?, ¿acaso nuestra opinión personal le
interesa a alguien?, porque si realmente le interesara a quienes tienen la
potestad de cambiarlas, este año sería el comienzo de un progreso real, desde
lo profundo de las bases que realmente edifican a la sociedad, y no en los
cambios superficiales, que los mediocres presentan como descubrimientos
avanzados, que ni ellos mismos lo creen.
José Miguel Palomares Fernández
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