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viernes, 13 de enero de 2012

Tú estarás indignado, pero yo estoy cabreado. Artículo de Manolo Ozáez para COPE JAÉN


Buenas tarde amigos. Tú estarás indignado, pero yo estoy cabreado, colérico, porque no veo la luz al final de este largo túnel de despropósitos y coyunturas sin pies y cabezas que iniciamos en el año 2008. Creíamos que era cuestión de unos meses, acaso un año, sortear la crisis financiera a la que nos castigaron las hipotecas basura, las agencias de valoración, las entidades de crédito y los mercados de deuda. Ahora, después de casi cuatro años, comprobamos que no era flor de un día, que el andamiaje que habíamos engarzado a prisa y corriendo, no sostenía lo suficiente el contrapeso de nuestros lujos y derivas consumistas, que el estado de bienestar era una utopía que nos habíamos creído todos porque así nos lo habían vendido los mercaderes de la abundancia y el oropel. En mi ciudad, y por do quiera que nos movemos, comprobamos situaciones límite, familias que acogen a los suyos y a sus problemas, rechazos sociales ante aquellos que fueron espléndidos en sus compromisos y ahora no pueden afrontar el trance y el apuro. Aquellos ilusos que llegamos a imaginar la resurrección de los valores éticos y el retorno de unos principios acordes con un tiempo de bonanza, nos encontramos con la apatía de las formas y los contenidos, con las capciosas mentiras del setenta y tres por ciento de los políticos  -por decir un porcentaje al azar-, y del noventa y seis por ciento de los economistas en nómina de banqueros. Tú estarás indignado, pero yo, y unos cuantos millones más, estamos un escalón más alto: cabreados de tanta estupidez  y de no obtener respuestas, a pesar de que, desesperadamente, buscamos la luz al fondo del largo túnel del abatimiento y  nostalgia que nos ha tocado vivir en este mar de hondo sentimiento.


   Manolo Ozáez

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