DIRECTO A LA CÁRCEL Juan Rafael Hinojosa

Menos de dos horas de declaración bastaron a la Justicia para enviar a prisión a Luis G. M., el presunto autor del atropello mortal ocurrido el pasado jueves por la tarde. Se le atribuyen al hombre bailenense cinco delitos.

El detenido, que había permanecido en los calabozos, primero de la Policía Local y luego de la Guardia Civil de Bailén desde que fue detenido, poco después del suceso, fue trasladado ayer por la mañana, hasta el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número cinco de Bailén, que abrió sus puertas el pasado verano. Entró a la sede en torno a las once y media de la mañana de ayer y salió alrededor de la una y diez del mediodía. El caso se halla bajo secreto de sumario.
La Justicia no dudó, después de analizar las circunstancias concretas, en decretar la prisión provisional. Según Europa Press, el hombre, de treinta y cinco años, está imputado como presunto autor de un delito de homicidio, por la muerte de su sobrina. Aparte se le culpa de dos de tentativa de homicidio —una referente a su hermana y otra a su cuñado—, uno de amenazas graves y otro de omisión del deber de socorro, ya que, tras la consumación del ataque, se marchó del lugar sin prestar el preceptivo auxilio a las tres víctimas. Huyó a pie y dejó el vehículo de su propiedad utilizado en la agresión en marcha y con las luces encendidas.
Una vez arrestado, Luis G. M. fue sometido a una prueba de alcoholemia, cuyo resultado no ha trascendido. Por otro lado, las Fuerzas de Seguridad comenzaron la recogida de pruebas en el lugar de los hechos. La circunstancia de que ya fuera de noche dificultó el proceso. Las indagaciones se centraron tanto en el propio automóvil como en la vía pública. Hasta la zona se desplazaron también la alcaldesa bailenense, Simona Villar, y dos tenientes de alcalde, Miguel Merino y Concepción Marín. Las declaraciones de los testigos serán vitales para fundamentar aún más las acusaciones contra el detenido.
Es el segundo caso en los últimos días en el que los jueces determinan el ingreso en la cárcel de un arrestado. Eso ocurrió también el viernes, cuando la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número dos de Alcalá la Real, Cristina Luis, decretó la medida para Eduardo J. F. M., el presunto autor de la muerte de su expareja en la aldea alcaudetense de Noguerones, un crimen perpetrado el miércoles pasado.
desencadenante. Detrás de la inesperada muerte de la niña Lucía Fernández Galindo están las tensiones familiares creadas por la afición de su tío, quien, finalmente, acabó con su vida, por la colombicultura. El bailenense era un apasionado criador de palomas de la raza buchón jiennense e, incluso, era miembro de un club específico. El interés por la actividad lo llevó, según las fuentes, a desembolsar importantes cantidades de dinero tanto para sufragar los gastos de mantener a las aves como para la adquisición de ejemplares. Una de sus obsesiones, desde hacía tiempo, era instalar un palomar en la azotea de la vivienda de su madre, algo a lo que buena parte de la familia se oponía. Se trataba de una fórmula para posibilitar que sus animales habitaran en un espacio más amplio. Actualmente, al parecer, los especímenes se encuentran encerrados en un solar.
Fuentes vecinales atribuyen buena parte del origen del atropello mortal al mal carácter de Luis G. M, que lo convertía en una persona irascible, incluso con sus allegados. La detención se produjo en la vivienda donde reside con su esposa e hijos.

Juan Rafael Hinojosa / Jaén

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