Llamado así por estar enclavada en la propia Estación de Autobuses, con acceso desde la avenida del Parador, antes Avenida de Málaga. Allí, al fresco, degustamos algunos excelentes vinos incluidos en su carta, así como las famosas roscas de jamón y salmorejo, entre las bambalinas de una decoración relacionada con la Batalla de Bailén, que nos evoca la histórica gesta.
De forma cordial, nos intercambiamos pareceres, recuerdos, confidencias de grupo, mientras la cerveza y los refrescos nos empalagan por dentro, y observamos la larga procesión de personas y vehículos que encaran la hoy llamada Avenida del Parador, en dirección a Jaén, Linares, Andújar, o simplemente al Vivero o al Hotel Bailén, antiguo Parador Nacional.
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