A las 12 de la noche nos citamos en la Discoteca ON, pues esta noche se va a celebrar una fiesta ibicenca a la que deberemos acudir todos con ropa totalmente blanca y veraniega, cómoda, mientras dejamos que Santi, el DJ residente, nos sumerja en su universo musical de ritmos y sonidos. En las barras de copas, situadas a distintas alturas, se mezclan los variopintos grupos que han acudido a la llamada de la diversión. A finales de junio aún permanece en Bailén la mayoría de sus habitantes, pues han vuelto los estudiantes de los centros universitarios, y pocos han iniciado sus períodos vacacionales. Desde un fondo contemplamos la gran cantidad de colegas que han acudido a una de las fiestas por antonomasia del verano, y a la que nadie quiere faltar.
Bebemos, conversamos, bailamos, charlamos, disfrutamos con el ambiente y el sonido, y con esos ojos azules que nos tienen embelesados desde que cruzamos la mirada, aunque solo fuera un ínfimo instante. A las 5 de la mañana, cada uno por su sitio, y como mejor pueda su cuerpo, se retira a su casa, con el compromiso de que a las 10,30 de la mañana, el que pueda, se vuelva a dar cita en el local de CASA PEDRO, junto al nuevo Hospital, para tomar los acostumbrados churros.
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