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lunes, 4 de abril de 2011

Al alimón

Todo gira y vuelve a su punto de partida. Recuerdo que este blog comenzaba al alimón ente Miguel Ángel Perea y Manolo Ozáez. Hoy te digo, tú me dices. Te contesto. Me contestas. Disiento. Acepto. Estoy de acuerdo. No lo estoy, etc... Hoy volvemos al punto de partida, al inicio del blog. Hemos recorrido una larga travesía de año y medio en la que hemos aprendido a comunicarnos entre nosotros y con el resto del mundo. Infinidad de amigos han entrado en este proyecto y se han enterado de nuestras cosas, de nuestras actividades en el mundo de la literatura, de la cultura, de las recreaciones históricas; de nuestros amigos -pocos son los enemigos, aunque haberlos haylos-. Han vivido en primera persona el proyecto Hans Christian Andersen, con la visita del embajador de Dinamarca a Bailén, invitado por nuestra Asociación. Han viajado con nosotros por todos los lugares en los que nos hemos transformado en personajes de principios del siglo XIX, por aquellos campos que quedaron regados de demasiada sangre por la fe de un iluminado, Napoleón, que quería gobernar el mundo: unos decían que era el visionario de un proyecto europeista, otros que un demente con ansia de gobernar el mundo por entonces conocido. Que si un genio, que si un gran estratega, que si un vividor, que si un pequeño tirano. El debate lo dejamos ahí, pues existen tantas versiones como personas con las que hablamos del tema. Nosotros solo recreamos la historia, lo que de ella nos ha llegado. Este blog, a veces gracioso, a veces transcendente, nos ha servido para llenar un espacio en aquellos momentos, yo diría que inexistentes, en que podríamos aburrirnos y no tuviéramos nada que decir. Que no me lo creo que existan tales momentos. Más bien los provocamos para abrir ese hueco y apretar el reloj contra las paredes de lo imposible. Me he acordado de este comentario porque uno de los primeros artículos en aquella época al alimón, era el toma y daca habitual entre hinchas del Real Madrid e hinchas del Barça. Ahora me tengo que callar, pues los vientos soplan por otros lares, y no me son propicios tras la derrota del Real Madrid con el Sporting de Gijón, un advenedizo en esta batalla de titanes. Tiempos llegarán en que me desquite y te moje la oreja. Es posible que esta noche te sangre al padel o a algún otro deporte donde soltemos la adrenalina del fin de semana.

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