" - Nunca dejó de reglarme algo el día de mi cumpleaños -añadió el sheriff-. El primer salario que recibió en la sastrería me lo entregó íntegro. Debí insistir para que se quedara con el dinero. ¿Qué muchacho de hoy muestra tanto respeto por su padre?".
Apariciones del País Semanal nº 1796 -curiosamente el mismo año en que transcurre la acción en mi novela "Nunca supieron de qué guerra ..."- de esta semana, página 24 y sucesivas, se dicen algunas frases interesantes que rescato:
"Podemos pensar que si no tenemos el gen del talento no hay nada que hacer o ponernos manos a la obra. Sin duda, el trabajo y la constancia son las mejores formas de provocarlo", por Gaspar Hernández.
"El talento no se tiene, sino que se conquista", por Rodney Falk.
"Yo llegué a la conclusión de que si uno no tiene el genio, se lo podía provocar a base de trabajo", según Mario Vargas Llosa.
"La excelencia es un hábito", por Aristóteles.
"El éxito es talento más preparación. Pero cuanto más miran los psicólogos las carreras de los mejor dotados, menor les parece el papel del talento innato. Y mayor el que desempeña la preparación". Por Malcolm Gladwell, periodista del Washington Post y The New Yorker.
"El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia", por Doris Lessing.
"No hay ningún tipo de célula que posean los genios y no tengamos el resto. La diferencia es trabajar más que los demás", según el investigador Anders Ericsson.
"Salvo los tontos, los hombres no se diferencian mucho en cuanto a intelecto; solo en ahínco y trabajo duro" (Charles Darwin).
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