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martes, 23 de noviembre de 2010

EL TONTO ADOPTIVO (publicado en El Ideal el 18 de noviembre), por nuestro paisano y amigo Andrés Cárdenas

Lo mismo que hay nombramientos de ‘hijos predilectos’ e ‘hijos adoptivos’ que reconocen la labor de una persona por el bien de un pueblo, los ayuntamientos deberían nombrar ‘tontos predilectos’ y ‘tontos adoptivos’ a aquellos que más en ridículo ponen a una comunidad. De tal manera, este año sería nombrado, sin ningún género de duda, a ese político catalán que ha dicho que aquí en Andalucía no paga impuestos ni Dios. Ya me imagino a los secretarios de los ayuntamientos redactando el acta de aprobación por la que se le concede el título de ‘tonto adoptivo’ a ese majadero de Esquerra Republicana:

–Señor alcalde… ¿cómo se escribe, Puigcercós o Puigcerdó?

–Creo que lo segundo pero sin acento.

Pues bien señor Puicerdó sin acento, no iba a escribir nada sobre la sandez que usted ha comentado de los andaluces, pero me han animado los alumnos de cuarto curso del Instituto Miguel de Cervantes de Granada, que me lo pidieron el otro día en el que fui a hablarles de periodismo. Y no iba a escribir nada porque estoy harto de esos topicazos que difundieron por el mundo los viajeros románticos (que más vale que no hubieran venido) y Ortega y Gasset que en su teoría sobre Andalucía decía que éramos los haraganes del Sur que nos complacíamos en darle espectáculo a los extraños. Señor Puigcerdó sin acento, ese tiempo del que hablaban los románticos y el filósofo (¿o eran dos) de la rebelión de las masas, ya no existe. Aquí pagamos nuestros impuestos como el que más y llenaría este periódico de agravios que este pueblo ha sufrido a costa del suyo. Señor Puigcerdó sin acento, su tierra es maravillosa pero ya estamos hartos de nacionalistas prepotentes y de ultraderecha como usted que lanzan rancios mensajes que no tienen nada que ver con la realidad de esta comunidad autónoma. Viaje usted un poco más, que sólo así se curan los nacionalismos de brocha gorda como el suyo. Seguramente usted ya no se bajará del burro y seguirá diciendo gilipolleces sobre los andaluces, comparándonos con las cigarras que se pasan el día cantando mientras las hormiguitas catalanas trabajan. ¡Cuántos puigcerdós sin acento tendremos aún que aguantar sin que se les caiga la cara de vergüenza a todos los que los apoyan!

Me imagino que a usted, señor Puigcerdó sin acento, también le molestan los tópicos y los chistes sobre lo agarraos que son los catalanes, que dicen que se inventaron los pantalones vaqueros rotos para no comprarse unos nuevos y que si se encuentran una tirita se hacen una herida para aprovecharla.

No me imagino a usted por Andalucía porque aquí ya lo hemos nombrado ‘tonto adoptivo’ de por vida. Y lo de ‘bona nit’ ni hablar del peluquín, para buen anís el del Mono.
Andrés Cárdenas Muñoz

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