MIDIENDO LOS ATRIOS
Los viejos alarifes que se encargaban de medir los atrios, los claustros, los colegios mayores o las universidades siempre advirtieron que los recovecos de la sabiduría y los pilares de la cultura eran imposibles de cuantificar o de medir. Con esta ingrata tarea de medir los atrios de los valores, del arte o de la cultura nos enfrentamos cada año los miembros de la Asociación Caecilia. (excéntrico latinajo bajo el que nos amparamos unos cuantos chiflados de la cultura bailenense).
Después de mucho medir, cuantificar los pórticos del cuerpo, los terrenos de la oratoria, los confines del mundo de las letras o los escarpados paisajes del mundo del derecho, entre otras disciplinas de los hombres nobles, los operarios de la asociación Caecilia hemos concluido para esta edición las proporciones de otro repertorio de ilustres premiados, de lejanas o cercanas tierras, o a aquellos que por el amor hacia Bailén tanto han hecho por y en nuestra localidad. A veces los cálculos no satisfacen a los dueños de las fincas y el fiel medidor es el que recibe la riña del necio. Otras veces no se atinan las cuentas y la medida no sale exacta. En ese caso el medidor no contó con tino los metros de la fachada.
Así, entre otros, hemos concluido otra gala de los Premios Caecilia, y ya van quince las ediciones de este evento, que se convierte en el referente cultural con mayor continuidad y tradición de cuantos se realizan no sólo en nuestra localidad sino en gran parte de la provincia de Jaén. Quince ediciones y más de 120 premiados que forman parte ya de este mapa ciudadano que estamos topografiando poco a poco. Y aunque haya un empeño manifiesto por plagiar nuestra gala, comenzando por las categorías, los recursos técnicos o incluso los galardonados, la treta absurda de desprestigiar a los Premios Caecilia sólo deshonra a quienes envidiosos de no haber conseguido el galardón sueñan con concederse los premios a sí mismos.
Acabamos de concluir la decimoquinta edición, con la ilusión de que todo el acto haya sido de su agrado, de que los premiados y homenajeados se vayan satisfechos de que su ejemplo y su trabajo es valorado por los demás, y para que el público aquí reunido sienta la sana envidia de que algún día su trabajo y su esfuerzo sea también recompensado.
Gracias a los patrones de Gracia, porque ya nunca nos sentiremos desnudos, gracias a las luces de Bobinados Bailén por sacarnos de las sombras, gracias a Dex3 por defendernos cuando os necesitemos, gracias a Antonio Agudo por acompañarnos en el coche cuando viajamos solos, gracias al balonmano porque así no todo es fútbol, gracias a Alcalá porque es un hombre "Justo" gracias al aceite Oro Bailén porque así el pan se convierte en el mayor manjar el mundo, gracias a Antonio Gómez Huertas por todo, a Jesús Ruiz de Burgos y al afable Manuel Arenas; y a Cáritas, porque ellos también podrían llamarse Oro de Bailén, y por esos 20 Minutos que nos regaláis en Birmingham.
Les seguiremos contando estas y otras cosas en el próximo Bailén Informativo, cuyo número si no me equivoco será el número 103. Gracias a todos por vuestra asistencia y hasta el año que viene.
Texto íntegro leído por el presidente de la Asociación Caecilia en la Gala de Premios del año 2009, el 9 de octubre.
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