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miércoles, 27 de mayo de 2009

¡EJEM, EJEM!

Hoy, Miguel Ángel, te voy a perdonar todo, o casi todo, porque tu equipo de fútbol, el Barcelona, ha conquistado la Copa de Europa de clubes y con ello el tan ansiado triplete. Y además, para más inri, te lo dice uno que es del Madrid hasta la médula, que tú lo sabes. Me alegro -por cierto, mi hijo no se alegra- por los numerosos amigos que tengo que son del Barça, aunque nunca entendí porqué lo eran. Quizás ahora empiece a comprenderlo un poquito más.

Al primero que he llamado para felicitarle ha sido a mi tio Jaime, a Barcelona, que ha estado un tiempo malito, y que con sus ochenta y tanto años no había vivido tantas emociones futbolísticas en tan poco tiempo. De verdad que por él, por ti, por Paco Framer, por Paco Palomares el del bar del "Parque", y algún que otro compañero y amigo, me alegro enormemente, contrastando con el pesar del madridismo, incluido mi propio y afectado hijo, pero lo deportivo y no lo radical se impone en mi caso, que tú lo sabes a ciencia cierta.

Pero hay cosas que son difíciles de perdonarte, Miguel Ángel. Has ubicado nombres, al menos dos que yo sepa, que no se merecen de todas todas el alto honor de considerarlos candidatos al Cronista Oficial, aunque son de la estirpe de aquellos que siempre se están postulando para los premios y prebendas. Ya sabes de sobra a quien o quienes me refiero, y ellos automáticamente los incapacita para ese y para otros cargos electos. No obstante, y conociendo la tela de la que se hace el paño, no me extrañaría que los propusieran o propusiesen.

Aunque haya ganado el Barça, tu equipo, no te perdono que nombres a los innombrables, pues chirría el vocablo. Me entiendes, ¿no?, o prefieres que te lo diga en chino: QUE NO.

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