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lunes, 27 de abril de 2009

ÉCIJA AÑO PAULIANO




Este año Écija celebra su año Paulino, por ese motivo y para que mis alumnos/as disfrutaran de la bella ciudad sevillana y de la Indulgencia Plenaria por asistir a la Misa que en honor a San Pablo se celebra cada viernes, viajamos desde el Centro de Adultos de Baños de la Encina a la "Sartén de Andalucía".



Lo primero que nos sorprendió fue la bonita ornamentación de geranios de los que hacen galas los ecijanos en sus balcones y patios. Patios que nos recordaban a los de la vecina Córdoba, con sus paredes encaladas y las magníficas macetas en flor que colgaban de sus paredes.

Écija es famosa por sus yemas, un exquisito dulce que te ofrecen en cualquier pastelería, y por sus altas torres que se divisan desde lejos.
En esta fotografía vemos una campana de una de las torres que quedó inutilizada por un rayo que le cayó en el siglo XIX. (Atención viajeros en el tiempo, si alguna vez os quedáis sin energía en el fluceador de fluzo, ya sabéis donde podéis conectar un pararayos) En esta campana de bronce se ve la marca a fuego, como una cicatriz que dejó el rayo.


Pero veamos algunas curiosidades de Écija-Bailén. ¿Qué tienen en común nuestras localidades? La primera coincidencia es que las dos ciudades han decidido hacer un parking subterraneo en su plaza mayor. Esta fotografía muestra lo que encontraron los ecijanos "debajo" de su Plaza del ayuntamiento, un fantástico yacimiento arqueológico de época romana y cementerio árabe. Las pieza de mayor importancia, como estatuas, columnas y capiteles, se ubicaron en el Museo de Historia de Écija que alberga éstas y otras muchas piezas guardadas por sus vecinos.

Y es que en la antigüedad, Écija fue un importante núcleo romano donde una de sus actividades principales, como en Bailén en la actualidad, era la cerámica. En el museo municipal hay una buena muestra de cerámica romana, como ánforas, con las que se trasladaba el aceite hasta Roma. Hoy en día, los italianos siguen llevándose nuestro aceite, pero no es ánforas, sino en camiones cisternas, para envasarlo y exportarlo a decenas de países, como los EE UU. Algunas cosas parece que no han cambiado mucho en dos mil años.

Otro asunto interesante, tal vez coincidente entre ambas ciudades, es la ubicación de algunos relojes de sol en las torres ecijanas, relojes de sol que Agustín Camacho investigó en nuestra Iglesia de la Encarnación, en el Congreso que sirvió de homenaje a nuestro templo bailenense.

Terminamos nuestro viaje en la Iglesia de la Santa Cruz, cerca del lugar donde "predicó San Pablo" en Écija, y en cuyo honor se celebra este año el año pauliano, lugar que vemos en la fotografía y que se sitúa a ambos lados de la Iglesia, como un improvisado jardín de piedra.
A mi me reordó este patio a los versos de Machado: mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla/ y un huerto claro donde madura un limonero...

Y sin más, despido este artículo, invitándoos a que visitéis la ciudad de Écija, sus Iglesias, sus torres,sus palacios, sus calles,su rica gastronomía (no os perdáis las gachas artesanas del restaurante Platería, en la calle del mismo nombre) antes de que "la sartén de Andalucía" haga honor de la fama que le antecede por el calor de nuestra Andalucía.

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