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jueves, 9 de julio de 2009

Empezó la semana cultural previa a las Fiestas de 2009

Con el patio levantado por doquier, con una imagen paupérrima, con su peor cara, que diría nuestro excronista oficial Juan Soriano, afronta Bailén las Fiestas de Julio de 2009. Obras que algunos cuestionan en cuanto a su utilidad, o cuanto menos, si eran las más necesarias, porque aunque algunos no acepten las críticas, que antaño se decían constructivas, ahora, en este tiempo, se antojan irrelevantes, capciosas, mortecinas, injuriosas, y miles de atropellos más que se nos ocurran.

¡Que no, que no van por ahí los tiros!, que hay que aceptar las opiniones, siempre interesantes de los demás, que algo tendrán que decir también en estos asuntos, o solamente nos acordamos de ellos para pedirles el voto cada cuatro años y después tirarlos a la basura de la información, o desinformación, como prefieras. O peor aún, de la mentira más vil.

Mirando el programa de los actos, no el panfleto político en color que nos meten cada año, comprobamos que ciertamente no es que sean flojas, es que son pésimas. El pórtico se repite como una réplica de los de ejercicios anteriores, en un equilibrio visceral de poca imaginación. O quizás es que se agotaron las ideas. Busque isted la programación de los pórticos de los cinco años anteriores, y si encuentra alguna diferencia considerable, llámenos por teléfono y obtendrá su premio, y todo ello ante notario.

En lo referente a aquello que antiguamente llamábamos galas, ¿qué fue de aquello, onde estará? ¿murió en la batalla de Bailén? ¿se perdió en el abrupto camino? Este año ni una sola actuación considerable. Es posible que nos vendan la moto de que se ha decidido así por solidarizarse con aquellos que sufren la terrible crisis. Si eso es así yo le diría que el arte, la música, la cultura, también necesita de todos nosotros para subsistir, también es humana, de carne y hueso, y sufre las secuelas de esta situación. No hagamos que siempre lo paguen los mismos. Hubiera sido más acorde contratar excelentes actuaciones y ofrecerlas al público gratis. De esa forma combatiríamos mejor la crisis que nos asola sin coste para nuestros rotos bolsillos. Pero claro, entonces estarían haciéndolo bien, y eso ... es otro cantar.

Como cada año, empujamos a nuestros ciudadanos, les obligamos, a que se tomen durante las Fiestas de Bailén unas merecidas vacaciones en la playa, en la montaña o en un interior cultural de los que tantos tenemos en este nuestro país, ayudando desde el Ayuntamiento a estimular el turismo. Es probable que la Consejería de Turismo premie a nuestro Consistorio por favorecer tanto el éxodo a otros puntos de Andalucía, de España, de Europa, del resto del mundo, del infinito y más allá, con la medalla de hojalata -del chorizo de cantimpalo- para que siga por esa senda, que a buen seguro otros lo agradecerán, pero de cierto que no los que nos hubiéramos quedado aquí en este tórrido julio y nos vemos obligados a emigrar ante la falta de espectativas y oferta de ocio y cultura.

Menos mal que a un paso tenemos en la Sierra de Segura el Festival del Aire, y el Jazz entre olivos, o el Festival de Blues de Cazorla. Y este sábado, ya os lo contaré, a John Fogerty en Córdoba, con motivo del Festival de la Guitarra. Cuando vuelva os prometo que os lo cuento. Para quien no lo sepa, John Fogerty es el cantante del legendario grupo de finales de los 60 y principios de los años 70, Creedence Clearwater Revival. Un clásico. Un lujo para todos los paladares. Para mayor goce me acompañará mi hijo de casi 16 años, que se ha convertido en un seguidor del rock and roll de los CCR.

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