Día de Reyes

Imagínense la escena:
El lugar; un salón lleno de regalos la mañana de Reyes, el momento, hace varios años. Los protagonistas, mis pequeños sobrinos... sorteando cientos de regalos que inundaban el suelo de la habitación.

Los personajes secundarios eramos el resto, padres, abuelos, tíos y demás familiares que grabábamos discretamente con nuestras cámaras de fotos o de video los diferentes momentos de aquel ritual:

-Primero las caras de sorpresa de los niños ante tantos presentes, después la rápida rotura del papel de regalo y el parsimonioso y dificil desembalaje de los juguetes de las presillas de sus cajas y de sus blisters.

-Después de un rato jugando alguien puso la televisión y pronto captó la atención de los niños como un encantador de serpientes indio hipnotizando a una cobra.

Los padres se encargaron de recoger todo el desorden de papeles y cajas. Trasladaron los juguetes a las habitaciones de los críos, que en vez de dormitorios habría que definir como jugueterías.

"El cielo nos va a castigar" Fue el comentario de uno de mis familiares ante tanto alarde, derroche y opulencia de juguetes abandonados.

Creo que ese día, hace unos cinco años, un familiar predijo la crisis que hoy en día padecemos, como un castigo divino por el derroche.