Hay virus físicos ante los cuales es difícil actuar, se carece de vacuna para ello. Es el caso del coronavirus, ese bichito que ha llegado para poner patas arriba todo, desde la salud a la economía, desde las fiestas a las tertulias. Hay otros virus que, aunque conocidos, no son atajados porque simplemente no se quiere, y hay vacuna, en este caso la tiene la Administración de Justicia. Es el llamado por muchos como corinnavirus, ese mal que ya parece endémico en el entorno del Rey Emérito. El caso es que uno y otro están dejando una España anímicamente desolada. Tiemblo con solo pensar que alguien desarrolle un virus informático y ya, termine de liarla. Es bien sabido, cuando los virus transitan, siempre hay quienes están dispuestos a sacar tajada de ello, tras toda crisis hay un puñado que multiplican sus fortunas. Aún con todo, debemos mantener la calma, los ataques colectivos de pánico no conducen a nada. Las histerias colectivas solo producen un caos donde perderíamos los de siempre, los ciudadanos corrientes. Días grises, los virus tipo corona enrarecen el ambiente.
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