Carlos Dívar investigaba en Marbella una delictiva organización de langostas.
Los crustáceos solían reunirse en platos de media docena
La fiscalía del Tribunal
Supremo ha encontrado, finalmente, motivos más que suficientes para justificar
los reiterados viajes de Carlos Dívar, presidente del Consejo General del Poder
Judicial, a Puerto Banús durante los últimos
años.
Al parecer, una organización de langostas, cuyas actividades eran
poco claras, ha estado actuando en la costa marbellí durante todo este tiempo, y
más concretamente en determinados restaurantes y hoteles de Puerto Banús.
Las langostas, según ha descubierto el propio Carlos Dívar, tenían un modus operandi similar en todos los locales
donde solían reunirse. Cada grupo de
crustáceos, en un número que podría llegar hasta la docena y media, era introducido por sus contactos en los acuarios de
determinados restaurantes, y todos ellos permanecían en el agua observando
detenidamente a los comensales hasta que identificaban a un personaje
importante, tanto del mundo de la política como de los negocios, del
espectáculo, o del arte. En ese momento, proporcionaban una señal a alguno de los camareros
cómplices de la organización para que fueran extraídas del acuario y lanzadas
enseguida sobre una plancha muy caliente, y de allí, directamente, al plato del
personaje elegido.
Para no levantar sospechas,
Carlos Dívar estuvo ocupando diferentes mesas, y a diferentes horas, en los
mismos restaurantes durante todo el tiempo que duraron las pesquisas, y se estima que podría haber llegado a investigar hasta
ochocientas langostas distintas. Se sabe también que algunas de estas langostas no sólo disponían de la
colaboración necesaria para instalarse en la mesa de Dívar, sino que, en algunas
ocasiones, conseguían llegar hasta la misma habitación de su hotel. A día
de hoy, todavía no se conocen las causas por las que esos crustáceos se
organizaban con tanta precisión para luego ser devorados sin más
consecuencias.
La
suspensión de las investigaciones, a causa de la denuncia de uno de los vocales
del Consejo por la opacidad de los viajes de Dívar a Puerto Banús, no
sólo podrían echar por la borda todo el trabajo
de campo llevado a cabo hasta ahora, sino que entorpecería gravemente la otra línea de
investigación abierta por Carlos Dívar en Marbella sobre las almejas de
carril.
(Nota de prensa de un colaborador habitual de B.I.)
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