Pregón de Antonio Miguel Troyano Merino, presidente de la Asociación Histórico Cultural General Reding, de Bailén, en los actos del 10 de noviembre de 2012, en el marco de las actividades de la fundación de Guarromán como Nueva Población
PABLO ANTONIO DE OLAVIDE, EL
PERSONAJE QUE DISEÑÓ LAS NUEVAS POBLACIONES DE SIERRA MORENA
Realmente Guarromán le debe su existencia a un personaje polémico y controvertido como fue Pablo Antonio José de Olavide, nacido en Lima en el año 1725, y que es el origen y germen del nacimiento de las nuevas poblaciones, pues su sueño de repoblar zonas deshabitadas de España y América, contó con el beneplácito y aprobación de un rey ilustrado, como fuera Carlos III, probablemente uno de los mejores reyes que tuviera España y gran constructor de obras, proyectos y edificios hoy emblemáticos, que apoyó e impulsó el sueño de Olavide.
Pablo de Olavide
fue amigo de ilustrados y enciclopedistas como Voltaire, Diderot, D’Alembert,
Condorcet, Marmontel, en Francia, en donde vive durante ocho años gracias a su
holgada situación económica, obtenida al casarse con una rica viuda de la
nobleza española. Viaja por toda Europa bajo el nombre inventado de Conde
Pilos, alternando con artistas, políticos, hombres de letras y otros de la
nobleza ilustrada como el Conde Dufort de Vhevemy, Madame du Barry, ex-amante
de Luis XV, La Pérouse, Francisco Mesmer, el señor de Moley, el abate Delille,
el norteamericano Morris o la misma Catalina II de Rusia.
Animador cultural, organizó tertulias en sus domicilios de
París y de España, teatros de marionetas, representaciones teatrales,
alternándolo con sus adaptaciones y traducciones literarias de clásicos como
Pedro Calderón de la Barca. Aunque no todo son luces en su vida, también
numerosas sombras y zonas oscuras jalonan su vida, como su acusación por haber usado dinero de los bienes de los
fallecidos en el terremoto que destruyó Lima en 1746, extralimitando sus
funciones públicas, o el proceso seguido por la Inquisición española en 1775,
consecuencia de sostener 126 proposiciones heréticas, unas reales y otras
inventadas por el Santo Oficio, como demuestran sus biógrafos. Además, durante
el 1797 y el 1798, estuvo vinculado a las tentativas del venezolano Francisco
de Miranda, el norteamericano Quincy Adams, William Pitt o el peruano Juan
Pablo Viscardo y Guzmán para obtener la independencia de determinados países de
las colonias españolas de ultramar, como otros muchos criollos liberales e ilustrados de la época. Nuestro
amigo y colaborador, el escritor bailenense Manuel Ozáez, en su novela “Nunca
supieron de qué guerra se trataba”, nos describe las intrigas del entorno del
personaje, en un acercamiento imaginario que el autor nos propone.
Espectador privilegiado, durante su periplo francés, de la
Revolución Francesa, la acepta como algo necesario que sobrevendrá al mundo,
aunque se desmarca de los episodios de violencia que esta trae. La misma
Convención le otorga distintos cargos, y el título de Ciudadano Adoptivo de la
República Francesa, retirándose durante el período llamado del Terror a un
pequeño pueblo y posteriormente detenido y encarcelado en Orleans, donde
comenzó a madurar su magna obra “El Evangelio en Triunfo” y parte de sus 17 novelas.
Precisamente al recorrer la vida del personaje que originó la
creación de Las Nuevas Poblaciones, establecemos la importancia del proyecto
nacido de su sueño, y que culminó con el establecimiento de pueblos como
Aldeaquemada, Arquillos, Carboneros, La Carolina, Guarromán, Miranda del Rey,
Montizón, Navas de Tolosa y Santa Elena en Jaén, y en los reinos de Córdoba y
Sevilla, las poblaciones de La Carlota, La Luisiana, Fuente Palmera y San
Sebastián de los Ballesteros, en donde hoy habitan más de 50.000 personas, en
parte responsabilidad del visionario Pablo de Olavide y al que dedicamos hoy en
este mercado de época colonial de Guarromán, el pregón de la Asociación
Histórico Cultural General Reding y de
la Asociación Caecilia de Bailén.
Antonio Miguel
Troyano Merino,
Presidente de la A. H. C. General Reding y
Vicepresidente de Caecilia.
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