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jueves, 8 de diciembre de 2011

CINE ANDALUCÍA. "IN MEMORIAM". Artículo de José Ramón Parra Bautista para el número 110 de BAILÉN INFORMATIVO

JOSÉ RAMÓN PARRA BAUTISTA, Premio CAECILIA A LAS LETRAS 2011, Abogado en ejercicio en Almería, y escritor, autor de la novela "UDRÍ", nos remite un artículo para publicar en el B.I.



CINE ANDALUCÍA. "In Memoriam"


Sabe que no debe dejarse llevar por la pesadez bíblica que imprime a la tarde el domingo. Pero hace tanto calor, tanto..., y todas esas obligaciones a la vuelta de la esquina. Mañana mismo. Desde el ajarafe de la casa se entretiene en los barcos que, con las velas desplegadas, deambulan en desorden antes de recogerse bajo el sol poniente. No hace viento y eso lo complica todo. Cierra los ojos para así desembarazarse del paisaje y poder echar la vista atrás, pero solo advierte el largo trecho que media entre sus recuerdos y todo aquello que en su día ha vivido. Los abre de nuevo, se cala las gafas encima de la nariz empujándolas con dos dedos y espiga entre los acordes gruesos de la voz de Tom Waits, que con su voz ronca se retuerce de forma sublime al interpretar “Somewhere”, un tema fusilado de la banda sonora de “West Side Story”. Y de repente se convence de que la tarde le pide que hable de cine, del cine Andalucía.




Y lo cierto es que uno de sus recuerdos antiguos lo sitúa en la puerta de un cine de verano, el cine "Andalucía", frente al portal del piso de su hermana Cecilia, en la calle del Arroyo. Está haciendo cola antes de que comience el primer pase de ese día, disfrutando del frescor de la yedra recién regada con la que su tío Periquito intentaba espantar el calor agobiante de un siempre tórrido julio. Le escuece la piel porque se recuerda nervioso, empujando al de delante porque acababa de darse cuenta que las luces comenzaban a apagarse. Entonces asistía al cine casi a diario, además de porque en el pueblo, por las noches, no había mucho que hacer, por la bendita razón de que no pagaba para entrar. Y desde su mullida hamaca con vistas al mar, ahora se ve retrepado en una silla de metal pintada de verde, incomoda y corroída por el óxido, con la noche cayendo sobre la pantalla para espantar las salamanquesas que corrían ingrávidas por las paredes encaladas, buscando el abrigo de la luz intermitente de las farolas de latón, atento al sonido de las bobinas del proyector al enrollar los largometrajes con los que construyó en su imaginación mundos distintos y posibles, cuando menos en la vida de los otros que no eran él: los primeros vuelos en avión, las temerosas travesías en barco por mares que le quedaban tan lejos, los disparatados viajes por tierras indómitas…, sus primeras victorias y derrotas, y aquel amago de deseo que tuvo como escenario el interior de una rebotica antigua del barrio de Salamanca. El cine tenía ese efecto narcótico. Y la mayoría de las veces le bastaba con los tráileres de las películas que se iban a proyectar en los días próximos, bajo el fondo de una poderosa voz en off con la que por entonces se construyeron aquellos primeros sueños que le sirvieron para escapar de pueblo al que ahora tanto echa de menos.



Finalmente el sol se ha escondido detrás de la montaña, atrapado entre unos repentinos nublos. Del día, como del cine Andalucía, ya solo queda eso, la posibilidad de echar la mirada hacia atrás.


Almería, dieciséis de octubre del año dos mil once.


Jose Ramón Parra Bautista

Socio director Lealtadis abogados

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