Autor: Benito Agenjo Pastor, Administrativo, actualmente desempleado en formación continua, entre otros en Energías Renovables y Convencionales.
Titulo: Oda al buen yantar Jienense, y a sus exclusivos productos.
Que decir que ya no esté dicho y sobradamente demostrado (y degustado) sobre los sanos, naturales, apetitosos y nutricionalmente valiosos productos naturales que paren las fértiles huertas y extensas vegas de nuestro idolatrado y diverso Jaén. Como humilde aportación personal se me ocurre relatar un día cualquiera de nuestra corta pero intensa existencia, disfrutando, paladeando y aportando a nuestro organismo esa necesaria energía en forma de alimentos que necesitamos ingerir para continuar nuestro ciclo vital.
Llegamos a casa después de una jornada de trabajo o estudios, y ya incluso antes de cruzar el umbral de la puerta de entrada, percibimos ese intenso olor a comida en manufactura, en este caso un exquisito arroz, cocinado por supuesto con ese oro liquido que manan nuestros milenarias olivos cuidados durante todo el año con ese esmero que solo un sacrificado agricultor, amante de su tierra y sus arboles sabe dar.
Sabido es que en un arroz también intervienen múltiples y diversos ingredientes, a elegir, salvando las necesarias y consabidas verduras y hortalizas, por supuesto criadas en este caso en las fértiles tierras de la huerta del país como por aquí se dice, esto es en la isla de Andújar, también y este es el caso lleva como ingrediente estrella una sabrosa y en vida salvaje perdiz roja, cazada en los colorados de nuestros olivares allá por la finca de las palomeras de donde proceden también esas aceitunas de cornezuelosabiamente aderezadas por manos curtidas y expertas de maduras señoras ya duchas en tales lides, con las cuales matamos el gusanillo, o ligamos como decimos por estos andurriales, acompañándolas de un sabroso y aterciopelado vino tinto, procedente de las viñas de peñallana, denominado capellanías, aunque apoyando aquello de que en la diversidad está el buen gusto, la cocinera nos acompaña con un tinto de Bailen, nada desdeñable tampoco.
Pero esta ficticia armonía se ve truncada cuando presa de nuestra irrefrenable hambre, intentamos acceder cuchara en mano al rito probatorio del suntuoso arroz, y conseguimos sorpresivamente un seco golpe en los nudillos, aplicado con el cucharon de madera con el que la susodicha cocinera mueve el guiso, arrancándonos un ¡¡¡¡¡ay!!!!1, no obstante no cejamos en nuestro empeño probatorio y aprovechando un mínimo resquicio en la férrea vigilancia, introducimos la cuchara y nos la llevamos a la cavidad bucal, tras lo cual se suceden: una primera sensación de quemazón (se nos olvidó soplar) seguida de un largo y placentero ¡¡¡uhmmmmmmmmmmmmmm, qué rico!!!!!
Con todo lo vivido, comido y bebido, se podrían llenar hojas y hojas de literatura sobre los parabienes Jienenses, gastronómicos, culturales, medioambientales, sociales, ¿laborales? ..NO , estos últimos mejor referirlos en momentos mas adecuados a la situación general y personal.
Saludos muy cordiales a quien recepcione, y mil gracias por permitir estos pequeños espacios de expresión libre y personal.
Un agradecido hijo de su tierra de acogimiento, nacido en su aledaña y hermana tierra cordobesa, allá por las dehesas de ibéricos de Cardeña.
Autor, Benito Agenjo Pastor
Nacido en Cardeña de Córdoba y actualmente residente en Andújar de Jaén.
Remitido por un amigo al blog de BAILEN INFORMATIVO
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